
Libardo Ariel Blandón Londoño

El Portón de los poetas
LIBROS DE POESÍA II
Adquiéralos por internet en amazon.com en lulu.com barnesandnoble.com o en la Editorial autoreseditores.com
Se pagan con tarjeta débito o de crédito o vía baloto y se los envían a la casa.
El humo de la pipa $ 40.000
A lo largo de la obra el lector encontrará un común denominador: "luz". Y es que ella tiene su secreto: por pequeña que sea siempre, pero siempre brillará, con su propia intensidad en la oscuridad más espesa, negra e infinita. Esta vez, por alguna razón que se me ocurre, no clasifico los poemas como en las obras anteriores. Solamente separo los poemas normales de aquellos que tienen algún grado de dificultad como son los poemas dobles y múltiples. El orden en que aparecen lo define la fecha de creación de la pieza poética que se presenta. Es verdaderamente un reto concebir un libro de 140 poemas en 83 días. El primero fue elaborado el 2 de octubre de este año y el último el 23 de diciembre.
Espero que el lector disfrute las pequeñas piezas que son retazos arrancados al glorioso acervo de palabras de nuestro idioma.


Reflejos de la tarde
Una luz en lontananza... 40.000
"Reflejos de la tarde" es el nombre que he elegido esta vez para llamar a esta pequeña obra literaria constituida por 140 piezas poéticas.
No se hizo énfasis en una clasificación para no encasillar al lector, esto permite disfrutar la lectura abriendo el libro al azar, en cualquier página y encontrándose con un tema diferente.
Recordemos que la intención es recrear, recrear y recrear por encima de cualquiera otra idea que se tenga a mano. Uno lee una novela y ya. Asunto arreglado. Se hacen los comentarios pertinentes pero ya la obra quedó liquidada. En poesía no. El asunto aquí es distinto. Leemos un poema, lo volvemos a leer y otra vez, y luego otra y cada vez le encontramos algo nuevo. Muchas veces nos los aprendemos de memoria. Entonces queda demostrado que cada poema tiene la función de recrear.
Espero que cada poesía cumpla con la función para la cual fue creada y que el lector se deleite saboreando y ensayando las múltiples maneras de leer, releer y releer.

Luceros vespertinos
$ 40.000
Porque el atardecer es el umbral entre el día y la noche he decidido llamar esta serie de poemas "fulgores al atardecer", pues si la noche precede al día, la oscuridad a la luz, en este caso, en vez de oscuridad habrá fulgores que iluminen ese umbral, ese puente.
Hay que destacar que la mayoría de los poemas de la obra son reversibles, se pueden leer de abajo hacia arriba de izquierda a derecha. En este caso varía la puntuación y en muchos otros las estrofas se cambian, se desbaratan. El lector podrá buscarle de tal manera que se coordinen las ideas.
Espero, entonces, que el lector disfrute estas pequeñas chispas que son jirones arrancados al luminoso sol de nuestro idioma en el atardecer de mi existencia.

Luciérnagas
Un puñado de versos... $ 40 000
Entrego, esta vez selecto público, un manojo más de poemas constituido por otras 140 piezas reversibles.
Incorporo un nuevo ingrediente a este arte literario, por más que he buscado no hallo la respuesta. Se trata de los poemas múltiples. Consisten en un poema que por su estructura se convierte en tres. Basta con mirar el poema número 25 que presento como ejemplo para entenderlo, están bien separados los hemistiquios por la cesura. Cada columna constituida por los primeros hemistiquios forman un poema, la segunda columna forma un segundo poema y leído de largo horizontalmente ignorando la cesura constituye un tercer poema.
Otra modalidad que me he ideado para hacer del verso una obra más interesante es el multidireccional que se puede leer en cualquier dirección como por ejemplo: "Gloriosas campanas tañed", leído en sentido inverso diría: "Tañed campanas gloriosas"
En estas condiciones se hace más activa la lectura. Es esta una nueva forma de hacer poesía.
Los cuatro últimos libros ya publicados: Fulgores al atardecer, Destellos del ocaso, El humo de la pipa y Reflejos de la tarde ya tienen su sello de reversibilidad y esta nueva forma de presentar el poema al lector.
Pero vamos bien, produciendo versos a lo loco para lanzarlos, como somníferos dardos, a un exquisito blanco que los espera ansioso para albergarlos en el alma y experimentar en ella la sensación enervante, embriagadora del poema.